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La distancia que nos une
2025-05-12    Fuente: Centro para las Américas    Autor: MICHAEL ZÁRATE


9 de abril de 2025. Algunos participantes durante la foto grupal en la IX Cumbre de la CELAC celebrada en Tegucigalpa, Honduras.

5 de noviembre de 2024. Un empleado en el Pabellón de Honduras presenta los productos de su país en la VII Exposición Internacional de Importaciones de China, en Shanghai.

14 de noviembre de 2024. Camiones portacontenedores inteligentes totalmente eléctricos en el megapuerto de Chancay, en Perú. Fotos de Xinhua

UN nuevo capítulo se ha abierto para los 33 Estados miembros que conforman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). El 9 de abril, Colombia recibió de manos de Honduras la presidencia rotativa de la entidad, en el marco de la IX Cumbre de Jefas, Jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC realizada en Tegucigalpa. “Quiero que América Latina y el Caribe, en su propia diversidad enorme, tome la opción de juntarse en el mundo y no actuar sola”, sostuvo el presidente de Colombia, Gustavo Petro. A su lado estaban presentes los mandatarios de Brasil, México, Guatemala, Bolivia, Uruguay, Cuba y Honduras, los primeros ministros de Guyana y San Vicente y las Granadinas, entre otros altos funcionarios de la región, así como una delegación en representación de China.

Resulta evidente el complejo periodo que –como otras regiones del planeta– América Latina y el Caribe (ALC) debe afrontar en un mundo en el que los vientos proteccionistas soplan más fuerte. Con grandes recursos naturales, alimentarios y energéticos, ALC debe tener un papel cada vez más preponderante dentro del concierto internacional, pero la región afronta un mayúsculo desafío: cómo valorizar esos preciados recursos teniendo en cuenta que, por ejemplo, menos de una cuarta parte de las metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se han alcanzado en la región o se prevé que se alcanzarán en los próximos cinco años.

Al advertir esta situación, el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar-Xirinachs, mencionó a inicios de abril: “Se necesita fortalecer la cooperación internacional y regional, y las alianzas multisectoriales”. Y es ahí donde aparece China, que se ha posicionado en estos años como el segundo socio comercial de la región y el primero para países como Brasil, Perú, Chile y Uruguay. Es en este crucial momento que cobra importancia la IV Reunión Ministerial del Foro China-CELAC, la cual se celebrará este mes de mayo en Beijing, precisamente cuando se cumplen diez años de su funcionamiento oficial.

Desde su primera reunión ministerial, allá por enero de 2015, el Foro China-CELAC se ha ido consolidando como la principal plataforma para impulsar la cooperación integral entre China y ALC. Mucho es lo avanzado en esta década. Basta recordar que en aquel año de 2015, China estableció como meta alcanzar un intercambio comercial anual con ALC de 500.000 millones de dólares en el lapso de diez años. La cifra era vista entonces como sumamente ambiciosa. Sin embargo, esta ya fue superada el año pasado. Según datos de la Administración General de Aduanas de China, en 2024 el volumen total del comercio bilateral llegó a los 518.467 millones de dólares.

La Franja y la Ruta

A fin de promover la cooperación integral, China ha lanzado una serie de plataformas y mecanismos como el Fondo de Cooperación China-América Latina, el Fondo de Inversión para Cooperación en Capacidad Productiva China-América Latina y el Préstamo Especial para Infraestructura China-América Latina, que han alcanzado resultados positivos. Sin embargo, más allá de ello, hay un instrumento que ha resultado fundamental en este avance sostenido de la relación bilateral: la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR).

Si queremos tener una idea de su magnitud, podemos indicar que en 2024, el comercio de bienes de China con todos los países socios de la IFR alcanzó los 22,1 billones de yuanes (3,07 billones de dólares), según cifras del Ministerio de Comercio de China. Casi el 54 % de las importaciones que China hizo el año pasado tuvieron como origen los países socios de la IFR, mientras que las exportaciones chinas a dichos países –entre ellas, bienes de consumo, equipos y componentes industriales– han contribuido a promover el desarrollo industrial de todos ellos. Actualmente, 21 países de ALC forman parte de esta iniciativa.

Indudablemente cuando uno se refiere a la IFR, viene enseguida a la mente la palabra “infraestructura”. Nacida con la idea de promover la conectividad en el mundo, la IFR impulsada por China cuenta hoy entre sus proyectos emblemáticos la revitalización del puerto de El Pireo en Grecia, el ferrocarril de alta velocidad Yakarta-Bandung en Indonesia, el ferrocarril China-Laos, entre muchos otros.

En el caso de la región de ALC, la IFR ha promovido la rehabilitación del ferrocarril Belgrano Cargas en Argentina, la modernización del puerto de Saint John’s en Antigua y Barbuda, la construcción de una autopista de cuatro carriles que une las ciudades de Kingston con Ocho Ríos en Jamaica, entre otras propuestas.

Indudablemente, el proyecto insigne de la IFR en la región latinoamericana y caribeña es el megapuerto de Chancay en Perú, ubicado a 80 kilómetros al norte de Lima y que es considerado el primer puerto inteligente y ecológico de América del Sur. En su construcción, el Banco de China, junto con otras instituciones bancarias, brindaron un paquete de servicios integrales –consultoría, financiamiento y liquidación transfronteriza– que facilitó la materialización de este proyecto largamente aspirado por la población peruana.

A buen puerto

Inaugurado el 14 de noviembre del año pasado con la presencia del presidente Xi Jinping en Perú, la importancia del megapuerto de Chancay va más allá del comercio entre dicha nación y China, puesto que marca un hito en cuanto al incremento del intercambio de bienes y servicios entre Sudamérica y Asia. Por lo pronto, el megapuerto de Chancay ha promovido ya la puesta en marcha de dos nuevos enlaces marítimos directos entre Shanghai y el puerto de Buenaventura en Colombia (desde el 5 de febrero), y entre Shanghai y el puerto de Guayaquil en Ecuador (desde el 21 de febrero). En el caso del primero, el trayecto entre los dos puntos se ha reducido a 25 días, mientras que en el segundo, a 27. Aquí vale la pena recordar que Ecuador es, además, uno de los países latinoamericanos que cuenta con un tratado de libre comercio con China, al igual que Chile, Perú, Costa Rica y Nicaragua.

Pero los proyectos generados como consecuencia del megapuerto de Chancay no se circunscriben a Sudamérica. En vista de las ventajas que este terminal portuario ofrece, China ha puesto en marcha una ruta ferroviaria-marítima que une a Chancay con la ciudad de Wuhan, con el fin de incentivar el envío al exterior de los productos industriales elaborados en las regiones central y occidental de China. De hecho, el 25 de febrero pasado, partió el primer tren de la línea Wuhan-Chancay cargado con 60 unidades de automóviles del fabricante chino Dongfeng.

En los últimos años, China ha inaugurado una serie de vías marítimas y aéreas que promueven el intercambio comercial con la región de ALC. Ahí tenemos el caso del puerto de Tianjin, que ha abierto tres trayectos directos hacia los principales puertos latinoamericanos del Pacífico y el Atlántico. Del mismo modo, China Southern Airlines ha comenzado el servicio de vuelo directo entre Shenzhen y la Ciudad de México, y ha entrado en funciones la ruta oceánica de contenedores entre el puerto chino de Dalian y el oeste de Sudamérica, con la que se busca un mejor enlace con los puertos importantes de Colombia, Ecuador y otros países. Finalmente, China y Nicaragua también han iniciado las operaciones de sus primeras rutas marítimas directas.

Como lo recalcara en diciembre pasado el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, la IFR ha promovido asimismo proyectos como el Taller Luban, que ha contribuido a mejorar el nivel de vida de las poblaciones locales. Un ejemplo reciente es Nicaragua, país que el 26 de marzo firmó con China un convenio de colaboración para la implementación del primer Taller Luban en el continente americano. En una primera fase, el establecimiento del Taller Luban en Managua busca capacitar técnicamente a los jóvenes nicaragüenses para que tomen parte en proyectos de infraestructura, energéticos, productivos, entre otras iniciativas.

La Ruta de la Seda Digital

En un informe publicado en octubre del año pasado por el Instituto Xinhua, se hacía hincapié en que lo digital es ya un tema clave dentro de la nueva fase de desarrollo de la IFR. De la mano con un crecimiento de la inversión china, ALC es una región que podría beneficiarse del ánimo de diversas empresas chinas de expandirse en sectores como el comercio electrónico o la inteligencia artificial. A ello responde que en junio de 2023 se inaugurase en la ciudad china de Dongguan el Centro de Transferencia Tecnológica China-América Latina y el Caribe, y que en septiembre de dicho año se lanzase en el municipio de Chongqing el Foro de Cooperación en Tecnología Digital China-CELAC.

Cabe resaltar que en la III Reunión Ministerial del Foro China-CELAC, celebrada en diciembre de 2021, China planteó fortalecer la cooperación en áreas emergentes como la economía digital, la inteligencia artificial, las ciudades inteligentes y la red 5G, con el fin de avanzar en el desarrollo de la Ruta de la Seda Digital. Menos de cuatro años después, la materialización de estas ideas puede ser vista en la decisión de Alibaba Cloud de lanzar en febrero pasado su primera región de nube en México, que es también su primer centro de datos en ALC. Previamente, en 2019, la empresa china Huawei puso en operaciones un centro de datos en la nube en Chile, y en 2021, Tencent Cloud inauguró oficialmente su primer centro de datos en Brasil.

Todos estos esfuerzos no solo apuntan a diversificar y elevar la calidad de la inversión china, sino también a reducir la brecha digital entre los países socios de la IFR en la región latinoamericana y caribeña.

En la IX Cumbre de Jefas, Jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC, el presidente colombiano, Gustavo Petro, resaltó la necesidad de diálogo con importantes socios como China. “Mi misión –dijo Petro– será ayudarnos a conectar Latinoamérica y el Caribe con el mundo entero, ser puente del mundo y ser un nosotros propio. Por eso, como un nosotros, hablaremos con civilizaciones antiquísimas, como la china y la hindú”. El diálogo entre China y la CELAC sigue siendo fundamental.

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